¿Por qué los alumnos en su mayoría están en contra de poner la cámara en las clases telemáticas?

 

A raíz de la pandemia originada por el Covid-19, la educación se ha visto muy afectada. Lo cierto es que nos encontramos ante una nueva realidad en la que estudiantes y profesores de todo el mundo se han visto obligados a cambiar sus hábitos. Para poder continuar con el desarrollo habitual de las clases, los alumnos acuden a las aulas de forma semipresencial, es decir, la educación combina clases presenciales con telemáticas. Esto se debe a que es necesario cumplir el protocolo de seguridad para evitar aglomeraciones y, por consiguiente, la propagación del virus.  


En las clases telemáticas, los alumnos atienden a la lección a través de un dispositivo conectado a internet. Durante estas, los maestros exigen el encendido de las cámaras, algo que no gusta a los estudiantes. Esta exigencia se debe a que, según el personal docente argumenta, es apropiado encenderlas porque esto obliga a los alumnos a atender verdaderamente en las clases.  

 

Lo cierto es que tener las cámaras activas implica que los alumnos tengan que mantenerse sentados en su lugar de estudio, aunque esto no asegura que estén atendiendo o realizando otras tareas.  


Para aquellos que tengan interés en la lección, encender la cámara puede convertirse en una distracción. En ocasiones, los alumnos están concentrados en cómo se ven ellos mismos o en qué hace el resto de estudiantes y no prestan atención a la clase que se les está impartiendo; limitando así la eficiencia de las reuniones. 


Además de lo anterior, encender la cámara puede causar ansiedad o timidez en el estudiante. Muchos no se sienten cómodos mostrando su cara de concentración o se sienten avergonzados ante las interferencias de sus familiares en el momento en el que atienden a la clase.  


No todos los alumnos poseen un cuarto o lugar de estudio apropiado y al desear que nada se vea con la cámara encendida, pueden verse afectados en la realización de tareas. Es importante añadir que no todos los alumnos tienen posibilidad de acceder a estos dispositivos. 

 

Por último y no menos importante, encender las cámaras supone una invasión de la privacidad para el alumno que puede redundar en un aumento de los casos de ciberbullying. Esto es así porque la imagen de estos está en peligro, ya que el acosador puede capturar la pantalla con tu imagen y divulgar rápidamente dicha fotografía. 

 

Por todo lo anterior, el alumnado considera que el estudiante que se niegue a encender su cámara, no debe de ser expulsado de la sesión de clase. Esto es así por dos motivos:  


En primer lugar, el estudiante que quiera atender lo hará con o sin cámaras. Si no lo hace, ser verá perjudicado en el futuro de una forma u otra; por lo que su decisión tiene que ser libre.  


En segundo lugar, la comunicación puede desarrollarse con o sin cámaras, ya que lo importante en las clases online es el micrófono, el cuál debe de estar siempre que se necesite activo para preguntar dudas al docente. 

 

En mi opinión, activar la cámara en ocasiones es molesto puesto que tengo que cambiarme de ropa o tengo que cuidar que mis familiares no salgan en ropa cómoda para no ser el motivo de burla de nadie. A pesar de esto, entiendo que algunos docentes quieran que los alumnos enciendan las cámaras para poder tener una comunicación con estos más real a la hora de resolver sus dudas.  

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