Si el cerebro determina tu comportamiento, ¿Soy yo sólo mi cerebro? ¿Soy víctima, en realidad, de mi cerebro?
Las acciones humanas vienen determinadas por nuestro cerebro, un órgano muy difícil de entender compuesto por millones de interconexiones neuronales que por sí solas no serían más que una célula que responde a un determinado impulso eléctrico pero que, unida a las demás, forma una superestructura capaz de dirigir todas las funciones vitales y el comportamiento de un ser superior más complejo. Ese ser ciñe sus actuaciones conforme a las instrucciones que recibe de su cerebro y ocurre así con todos los seres vivos que poseen en menor o mayor medida este tipo de conexiones celulares. En el caso de los seres humanos, que poseen el mayor número de estas interconexiones neuronales con respecto al resto de los seres vivos, es capaz incluso de hacer tangibles conceptos tales como: deseos, ansias, fobias, ética, moral… Las respuestas que da nuestro cerebro ante determinados estímulos no son las mismas en todos los individuos, ya que dependen de factores como la edad, las vivencias personale